En medio del bosque se sitúa un pequeño restaurante que dará servicio a unas pistas de esquí. El interior queda bajo la protección del rigor estructural de los muros y una cubierta a dos aguas que acaba de definir volumétricamente el edificio. La terraza se levanta del suelo para evitar la acumulación de nieve. La materialidad del conjunto a base de madera, piedra y pizarra intenta integrarse en el paisaje de forma natural.
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